Un camino recorrido

"La memoria. Pero antes de abordar ese nuevo tema, me concedí un intermedio con ocasión de una invitación de la Universidad de Edimburgo a pronunciar las "Grifford lectures". Aproveché para hacer una especie de actualización general de mi trabajo filosófico, lo que dio como resultado...

Full description

Saved in:
Bibliographic Details
Published inMercurio (Santiago, Chile)
Main Author François Ewald
Format Newspaper Article
LanguageSpanish
Published Santiago, Chile Grupo de Diarios América 18.12.2005
Online AccessGet full text

Cover

Loading…
More Information
Summary:"La memoria. Pero antes de abordar ese nuevo tema, me concedí un intermedio con ocasión de una invitación de la Universidad de Edimburgo a pronunciar las "Grifford lectures". Aproveché para hacer una especie de actualización general de mi trabajo filosófico, lo que dio como resultado "Sí mismo como otro" (Siglo XXI de España Editores S.A., 1996). En ese libro retomé las principales etapas de mi recorrido a partir de la noción de "Yo puedo": yo puedo hablar -era volver a visitar el gran tema del lenguaje-; puedo actuar -y vuelvo al tema de lo voluntario y de la acción-; puedo relatar -y vuelvo a "Tiempo y narración"-. Y luego soy, ante todo, imputable: me pueden imputar mis propias acciones. Ello me permitía agregar mis reflexiones dispersas sobre el plano moral a un gran conjunto estructurado por la idea viajera del "Yo puedo". Puedo hablar, puedo actuar, puedo relatar y puedo considerarme autor al que pueden acusar, autor responsable de sus propios actos. La idea de imputación me permitió reun ir el conjunto de mis ensayos sobre la moral, la ética y la justicia bajo un tronco común que sería el del poder." "Yo no aporto muchas revelaciones, pero sí un cambio en el orden de las preguntas. Tomemos por ejemplo el tema del recuerdo. Lo habitual es partir, por admiración, con el San Agustín del: "Me recuerdo a mí mismo". Es mejor comenzar con: ¿qué significa tener un recuerdo de algo? Yo seguí la vieja pista husserliana: ¿cuál es el objeto de la memoria, no el sujeto, sino el objeto? ¿Qué es un recuerdo, cuál es la diferencia con relación a un fantasma, a una imagen? Así se llega a la idea de la imagen-recuerdo. El segundo momento es: ¿cómo se busca un recuerdo? Los griegos tenían dos palabras para nombrar a la memoria: mnémè, que es la memoria -tengo un recuerdo, un recuerdo surge en mi espíritu-, y luego anamnesis: yo busco el recuerdo. Entonces, ¿cuál es la relación entre el pathos de la memoria y la praxis de su búsqueda? Es allí donde interviene la historia, pues ella es un motor de búsqueda. ¿Por qué es un motor de búsqueda? Porque no tiene la mnémè, el momento del reconocimiento . El historiador busca indefinidamente ese objeto perdido, que Michel de Certeau llamó muy acertadamente "el ausente de la historia". En tanto que la memoria tiene un acento que le es propio y que es el recuerdo vivo y reconocido, la historia construye indefinidamente con la esperanza de reconstruir. La intención del historiador tal vez se pueda leer en la re-escritura. Cuando alguien acomete la tarea de escribir un nuevo libro sobre la Revolución Francesa es porque los libros anteriores no lo satisficieron; pretende aportar algo, acercarse más a lo que le parece lo esencial. Esta relación de reposición-aproximación es la contraparte histórica e historiadora del reconocimiento del recuerdo del lado de la memoria." "Hay que volver a la noción de "espacio público", caro a Hannah Arendt, en donde nuestras identidades personales y colectivas se encuentran codificadas; donde el "quién de la acción" se articula en recuerdos privados, en recuerdos colectivos y comunitarios, a escala de las grandes composiciones del tipo "Revolución Francesa", de la cual jamás terminamos de apropiarnos. ¿La revolución fue la simple continuación del centralismo monárquico o algo original, como lo consideraba Michelet, viendo en ella el nacimiento mismo de Francia? Hay que confrontar ambas lecturas y reescribirlas. Es muy difícil reescribir la memoria si no es a través del trabajo de memoria. Pero no hay trabajo de memoria sin una integración de la pérdida; es decir, de aquello que nunca se recuperará. Eso es el duelo. Yo le doy mucha importancia a la articulación de la memoria sobre el duelo y del duelo sobre la memoria, porque es necesario también darle un lugar a lo irreparable, a lo perdido para siempre. Lo que tal vez esté perdido para siempre y que sin duda jamás se tuvo es el consenso. Eso hay que tenerlo en cuenta". © 2005 NoticiasFinancieras - © 2005 GDA - El Mercurio - All rights reserved