Pythium ultimum var. ultimum Trow, agente causal de la pudrición humeda del fruto del pepino (Cucumis sativus) en Cuba
Los frutos de las cucurbitáceas en nuestras condiciones son atacados por varias especies de hongos que penetran fundamentalmente por heridas o golpes ocasionados durante la cosecha y(o) la transportación. Dentro de estos patógenos se encuentran varias especies de Fusarium, Choanephora cucurbitarum (...
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Published in | Centro agrícola Vol. 23; no. 1-3 |
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Main Authors | , |
Format | Journal Article |
Language | Spanish |
Published |
1996
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Subjects | |
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Summary: | Los frutos de las cucurbitáceas en nuestras condiciones son atacados por varias especies de hongos que penetran fundamentalmente por heridas o golpes ocasionados durante la cosecha y(o) la transportación. Dentro de estos patógenos se encuentran varias especies de Fusarium, Choanephora cucurbitarum (Berk. y Rav.) Thaxt., y tres especies de Pythium: P. aphanidermatum (Edson) Fitzpatrick, P. debaryanum Hesse y P. ultimum Trow., los cuales provocan pérdidas considerables en la cosecha (Chupp y Sher, 1960). Herrera y Cupull (1990) reportaron a Phytium oligandrum Drechsl. produciendo pudriciones acuosas en los frutos de melón (Citrullus vulgaris Schrad.) en Cuba. En muestras de pepino, variedad Poinsett, colectadas en el organopónico 'Las Marianas', ubicado en la ciudad de Santa Clara, se detectaron frutos con pudriciones de consistencia acuosa, cubiertos por un micelio blanco-algodonoso que comenzaba por el extremo floral e invadía rápidamente el fruto completo destruyéndolo totalmente. Al realizar observaciones al microscopio óptico no se pudieron apreciar sus estructuras reproductivas, por esta razón se procedió al aislamiento del hongo en placas de Petri que contenían medio de cultivo PDA donde creció rápidamente y produjo un micelio muy similar al producido in vitro. Cuando se realizaron observaciones nuevamente al microscopio se pudo comprobar que se trataba del género Pythium. Se realizaron mediciones de sus estructuras reproductoras; la media de los oogonios es de 23,78 µm y la de los esporangios de 27,52 µm. Estos valores, además de otras características, permitieron establecer que correspondía a la especie P. ultimum var. ultimum Trow., según Krober (1985). Al tomar frutos sanos de la misma variedad e inocularlos en su extremo floral con fragmentos del micelio del patógeno, se pudo observar a las 48 horas la aparición de los síntomas descritos anteriormente, por lo que se reaisló de nuevo y se concluyó que esta especie, era el agente causal de la sintomatología observada. El reporte de esta enfermedad constituye el primero para el país y su control está relacionado con el uso de suelos de buen drenaje, la rotación de cultivos, y finalmente la cosecha y la transportación deben realizarse con extremo cuidado tratando de no dañar los frutos. |
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Bibliography: | F01 H20 1165 |
ISSN: | 0253-5785 |