Desert pastoralists' negative and positive effects on rare wildlife in the Gobi

In arid regions of the developing world, pastoralists and livestock commonly inhabit protected areas, resulting in human-wildlife conflict. Conflict is inextricably linked to the ecological processes shaping relationships between pastoralists and native herbivores and carnivores. To elucidate relati...

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Published inConservation biology Vol. 31; no. 2; pp. 269 - 277
Main Authors Ekernas, L. Stefan, Sarmento, Wesley M., Davie, Hannah S., Reading, Richard P., Murdoch, James, Wingard, Ganchimeg J., Amgalanbaatar, Sukh, Berger, Joel
Format Journal Article
LanguageEnglish
Published United States Wiley Periodicals Inc 01.04.2017
Blackwell Publishing Ltd
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Summary:In arid regions of the developing world, pastoralists and livestock commonly inhabit protected areas, resulting in human-wildlife conflict. Conflict is inextricably linked to the ecological processes shaping relationships between pastoralists and native herbivores and carnivores. To elucidate relationships underpinning human-wildlife conflict, we synthesized 15 years of ecological and ethnographic data from Ikh Nart Nature Reserve in Mongolia's Gobi steppe. The density of argali (Ovis ammon), the world's largest wild sheep, at Ikh Nart was among the highest in Mongolia, yet livestock were >90% of ungulate biomass and dogs >90% of large-carnivore biomass. For argali, pastoral activities decreased food availability, increased mortality from dog prédation, and potentially increased disease risk. Isotope analyses indicated that livestock accounted for >50% of the diet of the majority of gray wolves (Canis lupus) and up to 90% of diet in 25% of sampled wolves (n = 8). Livestock composed at least 96% of ungulate prey in the single wolf pack for which we collected species-specific prey data. Interviews with pastoralists indicated that wolves annually killed 1-4% of Ikh Nart's livestock, and pastoralists killed wolves in retribution. Pastoralists reduced wolf survival by killing them, but their livestock were an abundant food source for wolves. Consequently, wolf density appeared to be largely decoupled from argali density, and pastoralists had indirect effects on argali that could be negative if pastoralists increased wolf density (apparent competition) or positive if pastoralists decreased wolf predation (apparent facilitation). Ikh Nart's argali population was stable despite these threats, but livestock are increasingly dominant numerically and functionally relative to argali. To support both native wildlife and pastoral livelihoods, we suggest training dogs to not kill argali, community insurance against livestock losses to wolves, reintroducing key native prey species to hotspots of human-wolf conflict, and developing incentives for pastoralists to reduce livestock density. En las regiones áridas de los países en desarrollo, los pastores y el ganado comúnmente habitan áreas protegidas, lo que resulta en conflictos entre humanos y la vida silvestre. El conflicto está conectado inextricablemente con los procesos ecológicos que forman las relaciones entre el pastoreo del ganado y los herbívoros nativos y los carnívoros. Para elucidar las relaciones que apoyan el conflicto humano-vida silvestre sintetizamos 15 años de datos ecológicos y etnográficos de la Reserva Natural Ikh Nart en la estepa del Gobi de Mongolia. La densidad de argali (Ovis ammon), la oveja salvaje más grande del mundo, en Ikh Nart estuvo entre las más altas en Mongolia, mientras que el ganado fue > 90 % de la biomasa de ungulados y los perros > 90 % de la biomasa de carnívoros grandes. Para los argalis, el pastoreo del ganado redujo la disponibilidad de alimento, incrementó la mortalidad por depredación de perros y potendalmente incrementó el riesgo de enfermedad. Los análisis de isótopos indicaron que el ganado representó > 50 % de la dieta de la mayoría de lobos grises (Canis lupus) y hasta 90 % del 25 % de los lobos muestreados (n = 8). El ganado constituyó al menos 96 % de las presas unguladas en la única manada de lobos de la cual recolectamos datos de presas específicas. Las entrevistas con los pastores indicaron que los lobos mataban anualmente 1-4 % del ganado de Ikh Nart y los pastores mataban a los lobos en retribución. Los pastores redujeron la supervivencia de los lobos matándolos, pero su ganado fue una fuente abundante de alimento para los lobos. En consecuencia, la densidad de lobos pareció estar separada de la densidad de argalis, y los pastores tuvieron efectos indirectos sobre los argali que podrían ser negativos si los pastores incrementan la densidad de lobos (competencia aparente), o positivos si los pastores disminuyen la depredación por lobos (facilitación aparente). La población de argalis de Ikh Nart estuvo estable a pesar de estas amenazas, pero el ganado es cada vez más dominante numéricamente y relativo funcionalmente a los argalis. Para respaldar tanto a la vida silvestre nativa como a la subsistencia de los pastores, sugerimos entrenar a los perros para que no maten a los argalis, un seguro comunitario para la pérdida de ganado por lobos, reintroducir especies clave nativas y depredadoras a los puntos calientes del conflicto humano-lobos, y desarrollar incentivos para que los pastores reduzcan la densidad del ganado.
Bibliography:ObjectType-Article-1
SourceType-Scholarly Journals-1
ObjectType-Feature-2
content type line 23
ISSN:0888-8892
1523-1739
DOI:10.1111/cobi.12881