Las órdenes militares en la expansión feudal de la Corona de Aragón

La presencia de las órdenes militares en la expansión de la Corona de Aragón fue fundamental. Sus contribuciones trascendentes fueron la alianza con la monarquía, el afianzamiento de las zonas fronterizas conquistadas y otras relacionadas con su idiosincrasia. Se dieron tres etapas en la implicación...

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Published inAnales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval no. 17; p. 245
Main Author Maria Bonet Donato
Format Journal Article
LanguageCatalan
Published Universidad de Alicante 15.09.2011
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Summary:La presencia de las órdenes militares en la expansión de la Corona de Aragón fue fundamental. Sus contribuciones trascendentes fueron la alianza con la monarquía, el afianzamiento de las zonas fronterizas conquistadas y otras relacionadas con su idiosincrasia. Se dieron tres etapas en la implicación de las órdenes en el fenómeno expansivo. En la inicial, su establecimiento se produjo gracias al patrocinio de los principales poderes políticos, siendo el testamento de Alfonso el Batallador la máxima expresión del fenómeno. Los fines políticos y estratégicos atribuidos por el rey aragonés se mantuvieron en el impulso de las órdenes internacionales en décadas posteriores. Se les concedió el papel de garantes de ámbitos fronterizos, primero entre los líderes cristianos y luego en los conquistados. La impronta cruzadista favoreció su crecimiento. Además la condición de instituciones especializadas en la guerra y estables beneficiaron la reorganización militar de los espacios cristianos, sobre todo en la reacción a la ofensiva almohade en la segunda etapa. Su actividad militar fue primordial en la defensa organizada a partir de los sistemas de castillos. Estos controlaban los territorios conquistados y funcionaban como lanzaderas para los ataques rápidos que castigaban las posiciones enemigas. Las órdenes destacaron en estas acciones que les fueron confiadas por la monarquía, y significativamente por el rey Alfonso el Casto. Asimismo, el monarca creó nuevas instituciones, algunas vinculadas al territorio, o cambió su relación con las ya establecidas, para garantizar su eficacia. Finalmente, en tiempos de Jaime I, la maquinaria militar aumentó, y las órdenes ya no tenían ni las mismas funciones ni una destacada capacidad ofensiva. Pese a ello, seguían contribuyendo al afianzamiento de la monarquía en el proceso.
ISSN:2695-9747
DOI:10.14198/medieval.2011.17.10